miércoles, 5 de noviembre de 2014

El cuándo y el dónde.

Muchos se empeñan en tratar de definir el arte. Incluso yo he sido uno de ellos, actualmente ni me lo planteo. Me gusta jugar, eso sí, a que es una necesidad. Es una respuesta del ser humano a su entorno, ya sea en forma de queja, reflejo o abstracción.

Antes, durante, y después de La Segunda Guerra Mundial, nace el superhéroe. Claro, tal y como lo conocemos ahora, me parece práctico marcar aquí el punto de partida aunque haya referentes anteriores. Obviamente, la gente necesitaba ver la luz, la salvación, la ética, la esperanza. Crean personajes que guardan todos estos valores y se ponen a contar historias sobre ellos, utilizan el cómic, tebeo, novela gráfica o como quieran llamarle para ser su soporte a lo largo de los años. Décadas después, el héroe ha cambiado. Ahora el ser humano no busca valores íntegros, busca justicia y en muchos casos venganza. La mezcla de géneros y de arquetipos es un referente en el arte actual. El antihéroe ((Walter White, Tony Soprano, Arrow)) triunfa tanto como la comedia dramática ((La que se avecina, Aída, cualquier película de Tarantino)) y en general, la fusión de géneros, la complejidad estructural y el doble sentido.

Como digo, el superhéroe no ha quedado al margen de todo esto, es más, evolucionó pronto. Eso nos permite tener a un Iron Man alcohólico o un Hombre Gigante maltratador. Pero también, por ejemplo, un Batman que no mata a otras personas, por mucho mal que hagan. Nos gusta sentirnos identificados con el personaje y las debilidades son parte de ello. El problema de este género, en el que hoy me he querido centrar y del que soy lector desde hace más de 15 años, es el estancamiento de sus personajes y la desconfianza del lector. Ese no avanzar que tanto se le achaca. Por este motivo, el género se ha desplazado, buscó su sitio y creo que lo ha encontrado. La televisión.

Decía Christian Parker Robbins, buen tipo, adorador de Spider-Man y forero de UM en sus tiempos libres, que las series eran el mejor soporte para estos personajes. Él, en la afirmación, se olvidaba de los cómics, daba por hecho que aquella raíz sólida que los une y vio nacer, no debía ni ser comparada. Pero yo, rizador de rizos como profesión le daba una vuelta de tuerca más. Lo afirmo, "las series son el mejor soporte para los superhéroes".

La explicación tiene dos caras. La cara A es la decadencia en el soporte antiguo. No se apuesta por nuevos personajes, simplemente se recicla, se rebootea y vuelta a lo mismo. El comprador de cómics tiene un defecto, y es su fidelidad. Muchos, independientemente de la calidad siguen y seguirán comprando mientras su sueldo se lo permita. Algo que me parece genial, claro, pero que obviamente repercute sobre todo en la toma de decisiones de los dos gigantes de la industria: Marvel y DC. Ese "sigamos por aquí, que estos lo compran igual". No digo, aclaro y para que se me entienda, que el cómic esté muerto, pero sí que creo que el cómic DE superhéroes tiene un nivel medio bastante mediocre. Grandes dibujantes, coloristas y entintadores condenados a trabajar en plazos muy cortos de tiempo y guionistas encorsetados por la empresa que les da de comer. Obviamente, el cómic es mucho más amplio que todo esto, y cada mes sale un buen puñado de joyas con obras de todo tipo. Desde género policiaco a pornografía.
La cara B es la búsqueda de dinero. De más dinero. Así surgen las adaptaciones de cómics al cine, y recientemente, el boom del género superheroico en la gran pantalla. El éxito es total, pero la calidad es cuestionable. Más de la mitad de las películas tienen un nivel medio bajo, y la sensación muchas veces es que no termina de encajar. Que nos perdemos cosas, que se necesitan más minutos...más ¿números?. ¿Vuelta al cómic? No, es aquí donde aparecen las series. El formato permite hacer la historia más larga, episódica y con mayor matices y personajes. Te permite paladear la evolución del héroe, como en el cómic. Pero nos da algo que este ha perdido, el punto de partida, el camino hacia algún sitio, la espectacularidad, la búsqueda de calidad, el miedo a que el producto deje de funcionar. De esta forma, tenemos Arrow, Flash, Gotham, Agentes de Shield, y muy pronto una nueva ornada de Marvel con personajes de la importancia de Daredevil ((Dan Defensor que llamarían los más veteranos)). Ahora los superhéroes son un género, que se ha movido y ha encontrado su sitio. En definitiva, esa es la historia de siempre, crear arte, pero ser conscientes de cuándo lo haces, y dónde lo haces. Toca disfrutar.

5 comentarios:

  1. Señor Fazz Rey de Cantinas! Un honor ver mi nombre aquí en tu blog! :birra:

    A tu exposición, añado, como te comentaba después, lo que nos perdemos en una adaptación cinematográfica de estos héroes, que no es otra cosa que el día a día de estos personajes, cómo hacen para ser capaces de combinar sus dos vidas, la civil y la superheroica y los problemas que esto les acarrea. Una de las cosas más interesantes en el caso de Spider-Man, por ejemplo.

    Un abrazo!

    Christian Parker

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  2. Bueno, pues leído.

    Total y completamente de acuerdo con lo que has dicho, excepto en lo de los cómics. Más que nada porque yo no los suelo seguir y no puedo ver de primera mano esa decadencia de la que hablas. Eso sí, me ha gustado bastante todo lo que dices y CÓMO lo dices. Se te da bien escribir, amigo.

    Otra cosa, en la línea 19, tercera del tercer párrafo, dices "un Batman que mata a otras personas, por mucho mal que hagan..." ¿No será "un Batman que NO mata..."? Una pijada: última línea, "cúando" no lleva tilde en la "u", sino en la "a", siendo "cuándo...".

    Y finalmente, en el último párrafo hablas de las series superhéroicas que seguimos y creo que te ha faltado mencionar a Peggy Carter, la que para mí es la mayor superheroína del Universo Cinematográfico de Marvel (cine y series). Me parece que si Coulson fue el hilo conductor, el "pegamento" como decía Clark Gregg en aquel documental de la edición coleccionista de Los Vengadores, en la Fase 1; Peggy Carter lo es en la Fase 2 o la segunda (y mejor que la primera) parte de ésta. Siendo la única diferencia que uno lo hizo en el presente y la otra en el pasado.

    Salu2.
    P.D.: Lo que se me ha ocurrido es que en otra entrada podrías hablar del hecho de que Marvel trate todas sus adaptaciones audiovisuales en un todo y DC tenga tropecientas realidad inconectas y rode la misma escena dos veces, con actores diferentes, en menos de 3 meses (Muerte de los Wayne). No sé, ¿qué te parece?

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  3. Errores arreglados ;)

    Respecto a lo de Peggy Carter, no la tomo como ejemplo porque no conozco tanto el personaje. A tu propuesta diré, que en general iba a hablar próximamente sobre el enfoque publicitario de los dos colosos de los cómics, así que tocaré el tema ;)

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    1. Om, me encanta haber acertado. Estaré atento para leerlo.

      En cuanto a Peggy Carter, si no me equivoco en los cómics tan sólo era la rubia que el Capitán tenía que salvar de las malvadas garras del villano de turno en los cómics de los 40 y 50.
      Dentro de lo que es La Era Marvel actual, yo sólo la he visto en una viñenta de flashback en la Muerte del Capitán América, y nada más.
      Es en el cine y televisión donde se le ha dado más trasfondo y protagonismo, y para mí es la mejor heroína del UCM (cine y series) por el hecho, como dije, de ser el pegamento, ya que participó en la 2ª Guerra Mundial, creó S.H.I.E.L.D., va a tener una serie de televisión con su nombre, y a aparecer como "parte importante de la trama" tanto en Agentes de S.H.I.E.L.D. (Esto más para presentarla de cara a la serie), como en las películas Vengadores: La Era de Ultrón y Hombre Hormiga.

      Salu2.

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    2. En forma de flashbacks también en esos tres productos.

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