viernes, 24 de enero de 2014

Podemos.

Si tienes entre 0 y 30 años, eres hombre y heterosexual, bienvenido al maravilloso mundo de la derrota. En tu larga o corta vida, ((dependiendo de con qué o con quién se compare)) jamás has vivido una victoria más allá de la final del Mundial ((o inserte aquí cualquier otra actividad deportiva)). Si eres mujer y/o homosexual, ahora puedes abortar y casarte, pero ándate con ojo, que igual te dura poco.

Vivimos en la generación de las batallas perdidas y de los fracasos. De los robos, la delincuencia y la prohibición. Me molesta, en cierto modo. Al fin y al cabo, tan solo hemos vivido en torno a una tercera parte de nuestra vida ((agoreros, abstenerse de comentar esto)).

Últimamente, he notado por ahí un cierto olor repugnante. La primera vez lo percibí en el metro. Pensé que la subida del agua y el gas podían haber afectado. Pero no, también lo he notado en las redes sociales, la televisión y demás medios de incomunicación. Al principio no supe que era, pero ahora sí. Hay un pestazo a negatividad y desconfianza.

Curiosamente, y lo que más me molesta, proviene de esas generaciones que no he incluido en mi texto, aquellas que si vivieron alguna que otra victoria social, aunque me atrevería a decir que son, si cabe, aún más desdichados que nosotros. Tuvieron que esperar a que un dictador se muriera de viejo y encima vieron como colocaban al sucesor hasta nuestras fechas ((con todo lo que eso conlleva)).

Es probable que nosotros tampoco consigamos nada, que otro político de turno más nos estafe, nos engañe y volvamos al principio. Pero permitirnos al menos que lo intentemos. No seré yo quien embargue mi vida a una causa política y social, no. Pero intentaré ayudar a mi manera en lo que crea y me huela bien. Por eso, y por diversas razones personales que no vienen a cuento, he decidido apoyar la iniciativa de Pablo Iglesias. Porque hasta la fecha, es la primera persona coherente a la que escucho y porque su forma de tratar los temas me parece profesional y cercano. Porque su proyecto me invita a la participación y la esperanza.

Puede que nos equivoquemos, y que nos la cuelen como se la colaron a las generaciones de nuestros padres con el PSOE, pero dejadnos que nos equivoquemos nosotros. Al fin y al cabo, es nuestro futuro, más que el vuestro.

PODEMOS!

lunes, 20 de enero de 2014

Relato.

Os dejo un relato que he encontrado hace un par de años. Cambiaría mucho pero también sirve para ver los errores. Espero que os guste



Durante las más de diez horas de vuelo, me convencía una y otra vez de que aceptar era lo correcto. Me preguntaba qué ropa elegiría yo, si supiera que voy a morir. No podía responder a esa pregunta, ¿acaso hay una camisa mejor o peor para postrarse en una silla?

En Huntsville todo era ficticio, como si quisieran engañar a quien entraba haciéndole creer que todo lo que sucedía, era normal. Incluso como si los barrotes formasen parte de una estudiada decoración modernista y los muros de metacrilato fuesen “lo más” en ventanales de interior. Recorrí alrededor de trece pasillos, perdí la cuenta cuando comencé a sentir los ojos clavados en mi nuca. Ojos que habían matado, asesinado, violado, robado, estafado a cientos de personas inocentes... Me sentía desnudo, débil, e incluso me sentía culpable. Cuando me cachearon para ver si llevaba algún objeto peligroso, sentí que parte de mi libertad se quedó en aquel cuarto. Mi corazón se aceleraba lentamente, con cada paso estaba más cerca de mi cliente, aquel del que no conocía su nombre, su estatura, ni sus delitos. Hasta que no estuve a 30 metros de su celda, no me importaba.

Era un hombre alto, fuerte, calvo, de unos 60 años. Estaba sentado en una silla y sus codos estaban apoyados en una mesa en la que había un papel y un lápiz. Entré con un par de policías armados que se situaron a los lados de la celda. Le saludé, él hizo lo propio. Su voz era grave, pero su tono no era aterrador, más bien todo lo contrario. Esperaba tomarle medidas a un lobo, y me encontré con un cordero. Hizo todo lo que le pedía, no intercambiamos ninguna otra frase. Guardé el papel en la solapa de mi camisa y avisé a los guardias de que quería salir. Justo antes de atravesar la puerta, me percaté de que había olvidado lo más importante, saber el color, el material, el corte, modelo... Respondió con un contundente “como quieras” se sentó en su silla de nuevo, y agachó la cabeza.

Los días posteriores, una vez de vuelta en mi taller, no dejaba de darle vueltas al asunto. Todo color me parecía inapropiado para enfrentarse a la muerte, todo me parecía demasiado formal o elegante. No paraba de preguntarme porqué fui incapaz de preguntarle el motivo por el cual me eligió, y porque ese fue su último deseo. Creo que me aterraba tanto su respuesta que decidí culparme por no haberla hecho, que por haberme arrepentido de lo que hubiera escuchado.

Finalmente, elegí un traje gris de corte clásico, con una camisa de color crudo. Pero eso qué más da... Acababa de hacerle un traje a alguien a quien en mi cabeza, no podía cesar de librar de toda culpa. Recordaba una y otra vez sus ojos, diferentes a los que veía en las celdas de los que aún no habían sido juzgados. En sus ojos veía inocencia, arrepentimiento. Unos ojos desgastados por las lágrimas y la culpa, un sentimiento mucho peor que la muerte. Me di cuenta, de que cualquier persona, por mala que sea, cambia cuando tiene a la parca a tan solo un par de días de su llegada. Empecé a replantearme la pena de muerte, y concluí que quizá, lo correcto sería condenarles, convencerles de que van a ser ejecutados, y en el momento de pulsar el botón, no hacerlo. Dejarles libres, siendo nuevas personas. De lo contrario, estamos matando a inocentes, ¿o a caso no es inocente alguien que se arrepiente de veras de lo que ha hecho?. El culpable muere en la silla, y el inocente intenta una nueva vida llena de culpa, intentando enmendar los errores. No podía parar de pensar en que aquel traje, no era para un asesino, o un violador, si no para un inocente.

La semana siguiente de mi entrega, me quedé en casa recordando una y otra vez mi visita a Huntsville, sabía que alguno de esos días ((no quisieron decirme cuando)) aquel hombre del que ni si quiera conocía su nombre, estaba siendo asesinado por nuestro gobierno. Me sentí cómplice y culpable de aquello.

Diez años más tarde, cuando tomé el suficiente valor para buscar a mis padres biológicos me topé con la peor de las realidades. Aquel hombre, el de la cabeza gacha y mirada inocente, fue quien asesinó a sangre fría a mis progenitores, cuando yo a penas tenía unas semanas de vida. 130- 95-93

miércoles, 8 de enero de 2014

Hablemos de fútbol.

Hoy, si se me permite, voy a hablar de fútbol. Sé que es algo que gusta a muchos, pero no a todos. Probablemente tiene tantos seguidores como detractores, y mucho infiltrado en ambos bandos. Ha acabado un año, y con él el periodo de paz. Ahora viene eso del balón de oro, y los mejores onces. Yo voy a hacer el mío, según mi criterio y habiendo visto el 70% de los partidos de todos los jugadores que voy a valorar y también de los que se quedan fuera. Para mi, este es el 11 del 2013, entendiendo el año natural, no curso futbolístico.

Portería: Sin ningún tipo de dudas, Víctor Valdés. Es cierto que Neur y Weidenfeller han llevado a sus equipos más lejos, pero creo que también lo tenían más fácil. Ambos son porteros con cantadas notorias, y en momentos puntuales extremadamente blanditos con las manos. Y por otro lado, estamos ante la mejor temporada de Valdés, un expectáculo.

Defensa: La posición más clara, el lateral derecho. Lahm ha sido el auténtico motivo por el que este Bayern todo poderoso no se estancó y sigue creciendo. Si a esto le sumamos una mala temporada de Arbeloa ((al que quitó el sitio Essien)) y la peor de Alves en mucho tiempo. No hay rival. En la pareja de centrales, tiene que estar Thiago Silva. Increíble su temporada en el PSG como clave en la victoria de Brasil en la confederaciones. Probablemente el central más en forma del mundo. El otro, lo discutirían Varane, Ramos y Hummels. Al valorar el año natural, Varane ha estado demasiado tiempo lesionado, y tiene que quedarse fuera. Ramos...ojalá hubiera estado lesionado este final de año, pero no, ha pegado un bajonazo y todo lo bueno que hizo al inicio de año, no le vale para superar al central del Borussia. Una de las claves de porqué ese equipo jugaba tan bien cuando lo necesita. Demasiado frío a veces, pero muy efectivo. El lateral zurdo lo pelean Marcelo y Alaba, se lo doy al brasileño por la Copa Confederaciones, y eso que ninguno de los dos jugó demasiado a principio de año.

Centro del campo: Aquí todavía dudo menos, con Xabi mucho tiempo lesionado y con pubalgia, y ante la peor temporada del centro del campo del Barça, los responsables del triplete; Schweinsteiger, Javi Martínez y Müller ((un mediapunta que sí marca goles, y sí sabe caer a banda si se lo pides...qué bendición)).

Delantera: Sorprenderá a muchos, pero voy a dejar fuera a Ribery. Para mi muy sobrevalorado, y en el puesto de extremo derecho, Cristiano Ronaldo ha hecho más. Aunque para mi no ha sido el mejor del año ya que cuando el equipo más le necesitó, no estuvo...cosa que sí hizo Robben, para mi el auténtico balón de oro de este año. Ante las citas más importantes...él, imparable. El 9, sin duda, Lewandowski, el verdadero responsable de que su equipo fuera el segundo mejor en ese año, un goleador puro.
Dejo fuera a Messi, sí, y eso que cuando pudo, se salió, pero creo que la lesión en el año natural le pesa, y no soy sospechoso, para mi es el mejor jugador del mundo, con mucha diferencia...

Así quedaría:

                   Valdés
Lahm-Thiago Silva-Hummels-Marcelo
      Schweinsteiger-Javi Martínez
 Robben---Muller---Cristiano Ronaldo
             Lewandowski


Se agradecen comentarios y disparidad de opiniones!!
Saludos futboleros!