lunes, 24 de febrero de 2014

Évole, nos debes una.

Ayer se lió gorda. El hecho es que las horas previas al documental de Jordi Évole no parecían ni mucho menos alentadoras. Un "Salvados" más, unas vergüenzas más destapadas, 0 dimisiones, muchos culpables.
Horas después, la dimensión del programa en las redes sociales era brutal.

Yo quiero ser sincero con vosotros, me lo creí. Hasta el final. Y creo que no es raro, en este país ocurren cosas mucho más vergonzosas y estrambóticas como para ponerme a dudar sobre algo que desde siempre, ha olido mal. Cierto que después, en frío, te paras a pensar y Garci jamás haría un guión tan bueno, pero nos dejamos llevar por la emoción del momento.

No hablaré mucho sobre el documental en sí, si no sobre las consecuencias del mismo. El país se dividió entre aquellos que decían que les olía raro desde el principio, los que ensalzaban a Évole, los que le tiraban piedras, y por último, un grupo de "personas" que decidieron reírse de aquellos que nos lo tragamos. Sin importarles lo más mínimo nada, ni reflexionando sobre lo que significaba el producto audiovisual que acabábamos de ver.

La idea de Évole no es nueva, de hecho yo he visto el falso documental sobre la llegada a la luna. Pero debo reconocer que me pareció una maravilla en primera instancia. Jugar con el telespectador, engañarle a la cara, reírse de él, y hacernos conscientes de la incapacidad de autocrítica de la mayoría cuando enchufamos la caja tonta. Unos porque se lo tragan todo, y otros porque no nos tragamos nada y ya nada nos sorprende.

Sin embargo, reflexionando con el tiempo y viendo las reacciones de la gente me di cuenta de que no era ni el momento, ni el lugar, ni la persona, y mucho menos el público que debía disfrutar de un producto de este tipo. No era el momento porque el país sufre de la de desconfianza, del conflicto, de las mentiras, y de burlas a la cara. No era el lugar ni la persona, porque para algunos Jordi Évole era la única plataforma de destapar vergüenzas del gobierno. Y tampoco el público. Y en este último punto quiero hacer hincapié.
¿Ha conseguido su propósito? Si era el de tener audiencia sí, pero eso es muy fácil. Ahora la mayoría de personas se han quedado con que todo era un montaje, que no pasó nada. Que las teorías conspiratorias son locuras, y que esta vez nos han mentido, pero el resto de veces nos dicen la verdad.

No estamos preparados para un producto maduro, interesante, novedoso y profundo. No puedes dar de comer cordero asado a gente que come día tras día hamburguesas de un euro del McDonald's. A un país sin cultura, sin autocrítica y sin esperanza.

Orson Welles, hace muchos años experimentó con el pueblo estadounidense, y tras los suicidios quedó demostrado que los norteamericanos, no estaba preparados para algo de ese calibre. Años después, con el supuesto montaje de Kubrick, se volvieron a retratar. Hoy, 24 de Febrero del 2014, España una vez más, queda retratada. Eso sí, a pesar de que lo disfruté y me pareció genial, Évole, nos debes una.

Feliz 24F

1 comentario:

  1. Hola, soy Marisa, la madre de Raquel.
    Yo también confesaré que también me lo crei. Me resultó increíble lo de Garci y ese guión, con ensayos y todo.... Y que el rey no se trabara en el discurso mucho más... que estuviera implicada tanta gente... pero me la colaron.
    A mi no me sentó mal, porque realmente podría haber sucedido así (salvo por algunos matices). Nunca nos han dicho toda la verdad, ni la sabremos.
    Por lo menos, Évole nos ha engañado pero luego ha dicho que era mentira.
    Todos los días desayunamos con noticias que seguramente sean falsas y manipuladas y algunas nos las creemos y otras no. Pero no las desmienten. Siguen engañándonos.
    Tengo que decir que me tuvo una hora pegada a la tele. Me resultó interesante a pesar de ser un "fake".Soy Marisa, la madre de Raquel.
    El momento..., es verdad que no es el ideal para emitirlo, pero ahora mismo necesitamos en la tele programas que nos entretengan y éste es uno de ellos.

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